Hoy, mis apreciados lectores, nos remontaremos al 1963, cuando en Dallas, Texas, fue asesinado el trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy.
Kennedy se levantó temprano el día 22 de noviembre de 1963 y pronunció el que sería su último discurso en vida, luego abordó un Lincoln Continental blanco y se dirigió hasta la Base Aérea de Carswell para abordar el avión presidencial.
A las 11:40 el Air Force One aterrizó en el aeropuerto Dallas Lovefield, después de un corto vuelo que realizó desde Fort Worth. La comitiva presidencial abordó un Lincoln Continental X-100 y se puso en marcha hacia el centro de la ciudad de Dallas. Toda la comitiva fue escoltada por motociclistas de la policía de Dallas.
En el coche presidencial ocupaba el asiento del chofer, un agente-conductor y de acompañante, otro agente de seguridad; en los asientos contiguos abatibles, el gobernador Connally y su esposa; en los asientos traseros, Kennedy a la derecha y su esposa. El automóvil iba sin la capota transparente y sin agentes asidos a las manillas y pisaderas del cofre.
A las 12:30 entró en la Plaza Dealey y avanzó por la calle Houston, en ese momento llevaba 6 minutos de retraso. En la esquina de Houston Street con Elm Street la comitiva debió realizar un giro de 120º a la izquierda, lo que obligó a la reducción de la velocidad de la limusina.
Tras pasar Elm Street quedó frente al edificio del Almacén de Libros Escolares de Texas, a una distancia de 20 metros nada más.
Al pasar el almacén a las 12:30 se hizo el primer disparo de tres que supuestamente haría Lee Harvey Oswald. Se calcula que en ese momento la comitiva iba a una velocidad de 15 km/h. La Comisión Warren concluyó posteriormente que el primero de los tres disparos no impactó en el coche si no en la acera. Casi todos están de acuerdo que Kennedy recibió dos disparos y que el último disparo le impactó en la cabeza y fue mortal.
El primer disparo fue desviado por un árbol y rebotó en el cemento llegando a herir levemente al testigo James Tague. Mucha gente asoció el ruido del primer disparo a un petardo encendido. Los agentes de seguridad que venían trás el coche presidencial giraron sus cabezas en dirección del disparo.
Luego de 3.5 segundos se produjo el segundo disparo que impactó a Kennedy por detrás en su espalda y salió por su garganta, Kennedy se llevó ambas manos a su garganta levantando sus codos a la altura de sus hombros mientras su esposa lo observaba atónita. Mientras que el gobernador Connally giraba hacía su derecha para mirar hacía atrás, fue herido de gravedad.
Pasado el segundo disparo, el presidente aún con ambas manos en su garganta dejó de saludar al público girando hacía la izquierda y su esposa tiró de él para recostarlo sobre el asiento acercándose, en el acto de recostarse y con la cabeza de su esposa al lado de la suya. Sobrevino el fatal tercer disparo y ocurrió 8.4 segundos después del primer disparo, justo cuando el coche pasó frente a la pérgola de hormigón. Éste impactó en forma muy visible y de lleno en el hueso Occipital derecho de la cabeza de Kennedy. Jackie Kennedy soltó súbitamente a su esposo quien se recostó hacía el lado izquierdo. Mientras ésta se abalanzaba a horcajadas a la parte trasera del auto, donde recogió una sección del cráneo del presidente, un agente trepó por las manillas de la cajuela cubriendo con su cuerpo la retaguardia. La esposa del gobernador se lanzó al piso soltando unas flores, el coche presidencial aceleró y los motociclistas de la policía enciendieron sus sirenas mientras se desataba la conmoción pública en la plaza Dealey. El coche presidencial no se detuvo y se dirigió al cercano hospital Parkland. Una vez llegado al hospital los agentes cercaron el acceso. Según algunos médicos Kennedy ingresó fallecido al hospital, otras fuentes indican que agonizaba. Mientras se intentaba salvar a Kennedy, Lyndon B. Johnson ordenó al Servicio Secreto limpiar el coche presidencial.
A las 13:00, el equipo médico del Parkland Hospital declaró oficialmente la muerte del presidente Kennedy, con paro cardiaco y habiéndosele suministrado la extremaunción. "No tuvimos nunca una esperanza de salvar su vida", declararon los médicos. La muerte de Kennedy fue oficialmente anunciada más tarde, a la 13:38. El gobernador Connally fue operado dos veces de urgencia ese día.