Hoy, mis apreciados lectores, nos remontaremos al 1937 cuando en Ponce, Puerto Rico, por órdenes del gobernador estadounidense Blanton C. Winship, la policía disparó contra una manifestación pacífica.
La Masacre de Ponce es un violento capítulo en la historia de Puerto Rico. El 21 de marzo de 1937 el Partido Nacionalista organizó una marcha en la ciudad de Ponce. La marcha fue organizada para conmemorar el fin de la esclavitud en 1873, y para protestar contra el encarcelamiento del líder nacionalista Pedro Albizu Campos. Las versiones sobre este evento son variadas.
Días antes, los organizadores de la marcha solicitaron y recibieron permiso de parte del alcalde de Ponce, José Tormos Diego. Sin embargo, al conocer del desfile el gobernador de Puerto Rico , el general Blanton Winship, exigió la retirada inmediata de los permisos, momentos antes de que el desfile estaba previsto para comenzar.
El 21 de marzo y, durante los días que precedieron a la masacre, se llevó a cabo una significativa concentración de fuerzas policíacas en Ponce que incluía expertos tiradores movilizados de todos los cuarteles de policía de la isla.
El Jefe de la Policía Guillermo Soldevilla, con 14 policías, se colocó enfrente de los manifestantes. Rafael Molina, comandante de nueve hombres que estaban armados con ametralladoras Thompson y bombas de gas lacrimógeno, estaban en la parte de atrás. El Jefe de la Policía, Antonio Bernardi, junto con 11 policías armados con ametralladoras, estaba en el este y otro grupo de 12 policías, armados con fusiles, se colocó en el oeste.
Alrededor de las 3:15, los Cadetes de la República formaron fila de tres en fondo, listos para dar comienzo al desfile. Detrás de ellos estaba el Cuerpo de Enfermeras. Cuando la banda comenzó a tocar La Borinqueña, el himno nacional, los manifestantes comenzaron a marchar.
Hay informaciones de que la policía les disparó durante más de 15 minutos desde sus cuatro posiciones.
Cerca de 100 personas resultaron heridas y diecinueve fueron asesinadas. Los muertos incluyen 17 hombres, una mujer y un niño de siete años de edad. Algunos de los muertos eran simplemente transeúntes. Uno de ellos era un miembro de la Guardia Nacional que regresaba de hacer ejercicio. También fue asesinado el conductor de un automóvil público que pasaba por la calle Aurora en su automóvil. Un comerciante de Mayagüez y uno de sus hijos fueron tiroteados mientras estaban de pie en la entrada de una zapatería que quedaba al lado de la Junta. Y finalmente, dos policías murieron por el fuego cruzado de las armas de sus propios compañeros.
Supuestamente no se encontraron armas en las manos de los civiles heridos, ni de los muertos. Alrededor de 150 manifestantes fueron detenidos inmediatamente y más tarde fueron puestos en libertad bajo fianza.
La Comisión de Derechos Civiles de los Estados Unidos organizó un Comité presidido por Arthur Hayes, miembro de la Unión Americana por las Libertades Civiles. El resto de los miembros de la Comisión eran prominentes puertorriqueños. La Comisión encontró que los policías rodearon a los cadetes, encerrándolos por los cuatro lados. Que la policía no dejó lugar para que la multitud se pudiera dispersar. Y, por último, que los cadetes no portaban armas. No hay evidencia para asegurar que lo sucedido el 21 de marzo de 1937 fue una conspiración entre la policía y el gobernador de esa época, Blanton Winship. Pero el Presidente Franklin D. Roosevelt de los Estados Unidos lo destituyó de su cargo en mayo de 1939 gracias a las denuncias del congresista Vito Marcantonio.
El Instituto de Cultura Puertorriqueña
administra la "Casa de la Masacre de Ponce", un museo situado en la
misma intersección entre la Calle Marina y la Calle Aurora donde los
acontecimientos tuvieron lugar. Contiene fotografías y diversos
artefactos de la Masacre de Ponce. Un área está dedicada al líder del
movimiento nacionalista Don Pedro Albizu Campos. Este capítulo histórico fue importante para Puerto Rico y Estados Unidos.