Hoy nos remontaremos al 1807, al la ciudad de Nueva York, cuando el ingeniero Robert Fulton, realizó la primera prueba de su barco de vapor.
Robert Fulton se pudo haber visto interesado en las máquinas de vapor para el 1777, cuando tenía 12 años de edad al estudiar una que vió en Inglaterra. Cuando Fulton alcanzó la mayoría de edad, en 1786, partió a
Inglaterra para estudiar pintura. En este país creó su primer invento,
que consistía en un sistema de elevadores aplicado a la navegación
interna.
Para 1793
ya había propuesto planes para la construcción de barcos de vapor a los
gobiernos británico y estadounidense, y en Inglaterra conoció al duque
de Bridgewater, cuyo canal usaría poco tiempo después para hacer las
pruebas de una barcaza a vapor, y quien más tarde compraría barcos de
vapor a William Symington, quien había logrado con éxito hacer navegar barcos de vapor en 1788, y es muy probable que Fulton estuviese al tanto de estos desarrollos.
En 1797 Fulton viajó a Francia, donde el marqués Claude de Jouffroy había construido un barco de vapor propulsado mediante ruedas de paletas en 1783. Ahí comenzó a experimentar con torpedos submarinos y torpedos navales.
En 1800 conoció a Robert Livingston, embajador
de los Estados Unidos y padre de la que luego se convirtió su esposa, y
decidieron construir un barco de vapor para probarlo en el río Sena.
Fulton experimentó con la resistencia al agua de diferentes quillas de
barcos, haciendo diseños y modelos e incluso hizo construir un barco de
vapor completo. Su primer prototipo se hundió, pero lo reconstruyó y
fortaleció el armazón. El 9 de agosto de 1803
su barco navegó río arriba bajo la atenta mirada de una multitud de
personas.
Fue entonces que Fulton escribió a James Watt, de la compañía Boulton and Watt, solicitando la construcción de una máquina de vapor a partir de sus planos, y en 1804 volvió a Inglaterra. Cuando
estuvo terminada, la hizo enviar a Nueva York, a donde regresó en 1806. Ahí se construyó el barco que se convertiría en el primer barco de vapor a paletas comercialmente viable.
A menudo este barco recibe el nombre de Clermont, aunque de hecho, Fulton nunca llegó a llamarlo así, y se solía referir a él como el Barco de Vapor del Río Norte. Clermont era el nombre del lugar al que el barco de vapor se dirigió en su primer viaje, a 110 millas de viaje por el río Hudson. El viaje a Albany continuó después de una parada de 20 horas en Clermont.