Hoy nos remontaremos a 1989, en Pekín, China. Desde 1978, Deng Xiaoping había liderado una serie de reformas políticas y económicas que conllevaban el establecimiento gradual de una economía de mercado y cierta liberalización política que distendía el sistema establecido por Mao Zedong. A principios de 1989, estas reformas políticas y económicas habían llevado a dos grupos a una insatisfacción con el Gobierno.
El primer grupo incluía estudiantes e intelectuales, los cuales creían que las reformas no eran suficientes y que China necesitaba reformar su sistema político, dado que las reformas económicas sólo afectaban a los granjeros y a los obreros de las fábricas. Además, los ingresos de los intelectuales quedaban muy rezagados respecto a los de los beneficiados por las reformas. Estaban descontentos con los controles políticos y sociales que ejercía el Partido Comunista de China. Por añadidura, este grupo conocía la liberalización política emprendida en la Unión Soviética con el nombre de glásnost por Mijaíl Gorbachov. El segundo grupo estaba constituido principalmente por obreros industriales de las ciudades, que creían que las reformas habían ido demasiado lejos. Las reformas económicas habían empezado a causar inflación y desempleo, lo que, juzgaban, amenazaba su forma de vida.
Esto insitó a una serie de manifestaciones lideradas por estudiantes en la República Popular China. El 20 de mayo, el Gobierno declaró la ley marcial y en la noche del 3 de junio, envió los tanques y la infantería del ejército a la plaza de Tian'anmen para disolver la protesta. Las estimaciones de las muertes civiles varían: 400 a 800 según la CIA, 2,600 según fuentes no identificadas de la Cruz Roja China. El número de heridos se estima entre 7,000 y 10,000. Tras la violencia, el Gobierno emprendió un gran número de arrestos para suprimir a los instigadores del movimiento, expulsó a la prensa extranjera y controló estrictamente la cobertura de los acontecimientos en la prensa china. La cruel represión de la protesta de la plaza de Tian'anmen causó la condena internacional de la actuación del gobierno de la República Popular China.
En uno de los últimos días de estas protestas fue tomada la foto ganadora del World Press Photo de 1989, en la cual se muestra a un joven opositor parado en medio de una avenida deteniendo a una columna de tanques que circulaba por ésta.