El tiroteo de North Hollywood fue una confrontación armada entre dos ladrones de bancos, Larry Eugene Phillips, Jr. y Emil Mătăsăreanu, y algunos de los oficiales de una pequeña patrulla y miembros de un equipo SWAT pertenecientes al Departamento de Policía de Los Ángeles. El incidente se produjo en North Hollywood, un distrito del Valle de San Fernando, al norte de Los Ángeles, California, el día 28 de febrero de 1997. Sucedió cuando oficiales de policía respondieron la llamada de una patrulla que vio entrar a Phillips y Mătăsăreanu en una sucursal del Bank of America, enfrentándose a ambos ladrones, que tenían veintiséis años de edad. Diez oficiales de policía y siete civiles fueron heridos durante el tiroteo, antes de que murieran ambos ladrones. Anteriormente Phillips y Mătăsăreanu habían asaltado varios vehículos blindados antes de intentar este asalto y se distinguían por usar chalecos antibalas y armamento pesado, el cual incluía fusiles automáticos.
En aquellos tiempos, los oficiales de las patrullas locales sólo estaban armados con pistolas y revólveres de calibres 9 mm y .38 Special. Además poseían escopetas de calibre 12 disponibles en sus coches. En cambio Phillips y Mătăsăreanu llevaban fusiles automáticos, con municiones capaces de penetrar los chalecos antibala usados por la policía. Ellos mismos usaban chalecos antibalas. Ya que las pistolas de la policía no podían penetrar los chalecos de los asaltantes, los esfuerzos de los oficiales de patrulla fueron inútiles. Finalmente llegó un equipo SWAT con armas de mayor calibre que podían penetrar esos blindajes; incluso incautaron varios fusiles semiautomáticos en una armería cercana. El incidente encendió un debate sobre la potencia de fuego disponible apropiada para los oficiales de patrulla en situaciones similares en el futuro.