Sabías que un día como hoy
1 de mayo, en el 1776, en Ingolstadt, Alemania, Adam Weishaupt fundó la Asociación
de los perfectibilistas y que en el 1941 en Nueva York se estrenó la película
Citizen Kane de Orson Welles.
Claro, ocurrieron muchísimos
eventos importantes adicionales a lo largo de la historia, pero me parece que
los aburriría si los mencionara todos en esta reseña, por lo que los iré
mencionando en entradas subsiguientes.
Hoy me enfocaré en la
fundación de la Asociación de los perfectibilistas. Sé que no están
familiarizados con este nombre, mas al continuar leyendo esta reseña,
descubrirán que son mucho más reconocidos de lo que creen ya que su nombre
cambió en varias ocasiones durante la historia.
El 1 de mayo de 1776, el
profesor de derecho eclesiástico y filosofía práctica de la universidad de
Ingolstadt, Baviera, Adam Weishaupt, fundó con dos alumnos suyos, una
asociación llamada "Asociación de los perfectibilistas" con un
trasfondo de clima intelectual universitario, prácticamente dominado por la
Compañía de Jesús, también conocidos como jesuitas, la cual había sido fundada
tres años antes. Como símbolo de tal organización fue elegido el mochuelo de
Minerva, la diosa romana de la sabiduría.
Para ofrecer protección a
los alumnos de las intrigas jesuíticas, pero
sobre todo para proporcionarles acceso a literatura crítica eclesiástica
contemporánea, fundó la "Asociación de sabiduría secreta", en cuyos
comienzos no era más que un círculo de lectores anticlericales de un máximo de
veinte miembros.
La orden tomó un primer
impulso en 1778 cuando un antiguo alumno suyo y presidente del Palatinado
Renano la reorganizó. Weishaupt propuso como nuevo nombre la Orden de las abejas, porque se
imaginaba que los afiliados deberían recopilar el néctar de la sabiduría
dirigidos por una abeja reina, pero al final se prefirió el nombre de Unión de los Iluminados y luego, Orden de los Iluminados.
Una siguiente
reorganización sucedió en 1780 tras la adhesión del aristócrata bajo sajón
Adolph von Knigge. En 1782 le proporcionó a la orden una estructura
paramasónica, con Weishaupt y Knigge entre otros como directores sobre el
llamado "Areópago". Con esta nueva distribución, consiguieron los
Iluminados reclutar a muchos masones e infiltrarse en logias enteras.
El número de miembros
aumentó rápidamente, sin embargo este éxito suponía a la vez el comienzo del
final. Knigge amenazó epistolarmente con delatar sus secretos a los jesuitas y
a los rosacrucianos. Reforzando la desconfianza y preocupaciones de Weishaupt.
Ya que Knigge y Johann Christoph Bode
hubieran incorporado al príncipe Karl von Hessen-Kassel y
a Ferdinand von Braunschweig, así como al duque Ernst von Sachsen-Gotha y Carl
August von Sachsen-Weimar, todos ellos representantes de la autoridad
absolutista y estas sospechas no estaban infundadas, pues Carl August y su
consejero privado Goethe se habían afiliado con el único fin de investigar a la
Orden.
El dos de marzo de 1785,
bajo presión de Peter Frank, canciller barón de Kreittmayr, el barón rosacruciano
de Törring y otros cortesanos, se promulgó un edicto adicional, que prohibía a
los Iluminados y a los Francmasones, considerándolos altos traidores y enemigos
de la religión. Mediante registros domiciliarios se confiscaron varios papeles
de la orden que aportaron sucesivos indicios sobre la radicalidad de sus
propósitos. Documentos encontrados en un mensajero difunto informaron sobre el
nombre de un miembro. Ese mismo año el papa Pío VI aclaró en dos cartas al
obispo de Freising, que la adhesión a la orden era incompatible con la fe
católica.
A consecuencia de las
prohibiciones se produjeron persecuciones a los miembros de la orden. Se
llegó a registros domiciliarios y confiscaciones, algunos consejeros y
oficiales perdieron el puesto, algunos miembros fueron desterrados, pero nadie
resultó encarcelado. El mismo Weishaupt, resultó sospechoso, pero sólo huyó
cuando tuvo que admitir la fe católica.
En abril de 1785 el conde
Stolberg-Rossla declaró la orden oficialmente suspendida. Bode aprovechó la
coyuntura para conservar la asociación con vida e intentó resucitarla con ayuda
de la Iglesia minerval de Weimar y la Orden de los amigos invisibles, pero
debió abandonarla en 1790 debido al clima estrictamente anti iluminista de los
años revolucionarios. Los investigadores estaban generalmente de acuerdo, en
que la desarticulación de la orden de los Iluminados fue completa.
El 16 de agosto de 1787 se
promulgó un tercer y más estricto edicto de prohibición so pena de muerte, del
reclutamiento de miembros para Masones e Iluminados. Continuaron también en los
círculos autoritarios rumores de una supervivencia de los Iluminados.
Estas promulgaciones
desataron una primera histeria anti iluminista, especialmente se sospechaba de
las agitaciones de las asociaciones secretas ilustradas radicales. Una segunda
ola, claramente más enérgica, sucedió durante la Revolución francesa, pues el
miedo a los jacobinos, miembros del grupo político de la Revolución francesa, se fundió con el anterior a los Iluminados. En este
estado anímico el ministro de estado bávaro, Maximilian von Montgelas, el cual había
pertenecido a los iluminados, hizo prohibir todas las organizaciones secretas
al llegar al poder en 1799 y otra vez en 1804.
Son muchas la
especulaciones que rondan al rededor de la orden de los Iluminados de Baviera, pero
en sus inicios, la orden de los Iluminados estaba comprometida con el modelo
ilustrado. La meta era la mejora y el perfeccionamiento del mundo en el sentido
de libertad, igualdad y fraternidad y la mejora y perfeccionamiento de sus
miembros. Según Weishaupt el medio para alcanzar la libertad era principalmente
la educación, pero no sólo la aportación externa de conocimientos, sino en
primera línea la formación del corazón, la moralidad, que debería capacitar a
los individuos para auto dominarse, y por lo tanto serían superficiales y sin mayor importancia otras
formas de dominio como el despotismo de los príncipes absolutistas, pero
también el despotismo espiritual ejercido por la Iglesia católica. Los modales
de las viejas costumbres serían también condición y camino para una sociedad
libre e igualitaria sin príncipes ni iglesia.
Cada miembro de la orden recibe al
iniciarse un nombre secreto, o de guerra, que nunca era cristiano, o como
mínimo, de origen ortodoxo. Estos nombres contribuían a la igualdad entre iluminados, ya que los dos primeros grados sólo
se llamaban por los nombres de la orden, no podían saber unos de otros, quién
era noble, quién burgués, quién profesor universitario, quién sólo camarero o
estudiante. Aparte de esto, formaban parte de un rígido programa educativo, que
la orden les imponía a sus miembros. Cada iluminado debía no sólo darle
explicaciones a su tocayo espiritual, sino que también recibía de los
superiores de la orden una cuota literaria mensual, en la que obras deísticas e
ilustradas ocupaban un lugar principal y en grado creciente. Su evolución moral
y espiritual debía además que hacerla constar en un diario llamado cuaderno
Quibuslicet del latín quibus licet que significa a quién le está permitido
leerlo. En caso de que estuvieran mal hechos o no contuvieran los avances
previstos, respondía el mando de la orden con una carta de reproche.
Quienes apoyan las teorías
conspirativas, citan como por ejemplo la presunta existencia de una serie de
cartas escritas entre los años 1870 y 1871 que, alegadamente se conservarn en los archivos
de la biblioteca del Museo Británico, entre un antiguo militar confederado
llamado Albert Pike, quien era el único representante de la Confederación, y a
la vez miembro activo del Ku Klux Klan, honrado con una estatua en Washington
D.C. y el francmasón y carbonario Giuseppe Mazzini, un filósofo y político
italiano que se esforzó por unificar los estados italianos y quien había sido
seleccionado por los Iluminados para dirigir sus operaciones mundiales en 1834,
sin embargo, el Museo Británico desmiente la existencia de dichas cartas.
No por último se les ha
hecho responsable de la Revolución francesa. Esta grave sospecha fue formulada
por primera vez en 1791 por el párroco francés Jacques Francois Lefranc. Su
posterior difusión se la debe sin embargo a otros dos autores, que poco después
compusieron extensas obras sobre los orígenes revolucionarios franceses, el ex
jesuita francés Augustin Barruel y el erudito escocés John Robison. Ambos
intentaron, con mutua independencia, demostrar que no desataron la revolución
ni la permanente presión del tercer estado, ni la difusión de los ideales
ilustrados, ni la mala cosecha del año previo ni tampoco la mala gestión de la
crisis por el rey Luis XVI, sino que fueron los Iluminados.
Las teorías de conspiración
fueron entre otras cosas alimento para algunos grupos ocultistas o teosóficos
que intentaron estilizarse como supuestos Illuminati, "desaparecidos hacía
siglos", el historiógrafo Leopold Engel fundó en 1896 por ejemplo la Unión
mundial de los Iluminados, que actuaba a imitación de la orden de Weishaupt, pero ya
en 1929 se había eliminado esta asociación del registro berlinés. También la
Ordo templi orientis surgida en 1912 o los Iluminados de Thanateros, fundados
en 1978, intentaron situarse en la línea tradicional de los iluminados bávaros,
pero que no tenían nada que ver con el radicalismo ilustrado-racionalista de la
orden de Weishaupt, Bodes y Knigges.
Hasta hoy circulan muchas
teorías, según las cuales los Iluminados sobrevivieron a su prohibición y son
responsables de numerosos fenómenos, considerados desagradables por los
difusores de tales mitos.
Disfrutan de una especial
popularidad las teorías conspirativas según las cuales habría influido el
surgimiento de los Estados Unidos. Pero se las considera insostenibles en base
a la sucesión de acontecimientos de las guerras emancipadoras norteamericanas
comenzadas el año 1775, es decir, previas a la formación de la orden.
Como han podido apreciar,
existen muchos mitos alrededor del nombre de Los Iluminados de Baviera,
sin embargo, la gran mayoría de ellos se deben a la oposición eclesiástica ante
la orden y a usurpadores del nombre de la misma, pero realmente ¿podemos decir
que dejaron de existir?
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