Como resultado de sus fracasos en Haití, Bonaparte renunció a sus sueños de su "imperio americano" y vendió Luisiana a los Estados Unidos, quienes consecuentemente la dividieron en dos territorios: El Territorio de Orleans, que se terminaría convirtiendo en el estado de Luisiana en 1812, y el distrito de Luisiana, que eran las tierras que no pertenecían al Territorio de Orleans. Una pequeña parte de Florida, los parishes de Florida, fueron anexionados de la estratégica e importante República de Florida Occidental, proclamada independiente por James Madison en 1810.
viernes, 20 de diciembre de 2013
Un día como hoy 20 de diciembre
Hoy, mis apreciados lectores, nos remontaremos ala 1803, cuando Francia le entrega Luisiana a los Estados Unidos.
Como resultado de sus fracasos en Haití, Bonaparte renunció a sus sueños de su "imperio americano" y vendió Luisiana a los Estados Unidos, quienes consecuentemente la dividieron en dos territorios: El Territorio de Orleans, que se terminaría convirtiendo en el estado de Luisiana en 1812, y el distrito de Luisiana, que eran las tierras que no pertenecían al Territorio de Orleans. Una pequeña parte de Florida, los parishes de Florida, fueron anexionados de la estratégica e importante República de Florida Occidental, proclamada independiente por James Madison en 1810.
Otra consecuencia de la revolución en Haití fue una mayor emigración de refugiados a Luisiana, especialmente Nueva Orleans, e incluían a blancos y negros libres al igual que esclavos. Otros inmigrantes fueron los cubanos, en 1809. Éstos ayudaron a aumentar el número de francófonos en la región.
En 1811, la mayor revuelta de esclavos en Estados Unidos, la Revolución de la Costa Germana, tuvo lugar en las afueras de Nueva Orleans. Alrededor de 500 esclavos se alzaron en la Costa Germana y marcharon contra la puertas de la ciudad. La revolución tomó por sorpresa a las fuerzas militares del Territorio de Orleans y fue una gran amenaza a la soberanía norteamericana en Nueva Orleans.
Luisiana se convirtió en estado el 30 de abril de 1812.
El límite occidental de Luisiana con la Texas española se mantuvo en disputa hasta el Tratado de Adams-Onís de 1819, con el Estado Libre del Sabine, también llamada "Tierra de Nadie", sirviendo como una zona tampón neutral, así como un paraíso para los criminales. Con el crecimiento de la población en el noroeste y extremo sur de Estados Unidos, durante las primeras décadas del siglo XIX, el comercio creció en Nueva Orleans.
Productos de los nuevos territorios eran transportados por el Misisipi y embarcados en Nueva Orleans hacia el exterior.
Para 1840 la ciudad se había convertido en el mayor mercado de esclavos en Estados Unidos, así como unas de las ciudades más saludables y la tercera en población en el país. Durante estas décadas, más de un millón de esclavos fueron vendidos hacia los nuevos territorios.
La agricultura en el país, que era fundamentalmente de tabaco y azúcar, se fue diversificando, por lo que muchos hacendados se quedaron con esclavos de sobra, que fueron enviados a los nuevos territorios.
Con la adhesión en 1861 del estado de Luisiana a los Estados Confederados de América, Nueva Orleans se convirtió en la ciudad más poblada de la Confederación.
Como resultado de sus fracasos en Haití, Bonaparte renunció a sus sueños de su "imperio americano" y vendió Luisiana a los Estados Unidos, quienes consecuentemente la dividieron en dos territorios: El Territorio de Orleans, que se terminaría convirtiendo en el estado de Luisiana en 1812, y el distrito de Luisiana, que eran las tierras que no pertenecían al Territorio de Orleans. Una pequeña parte de Florida, los parishes de Florida, fueron anexionados de la estratégica e importante República de Florida Occidental, proclamada independiente por James Madison en 1810.
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