La historia se remonta al 1962, cuando el recién estrenado muro de Berlín cobraría su primera víctima y probablemente la más notoria.
Peter Fechter era un obrero de la construcción alemán que, cansado de esperar, un día intentó escapar de la República Democrática Alemana junto con su amigo Helmut Kulbeik.
Ambos habían tramado un plan para esconderse en un taller de carpintería cerca del llamado "muro de la vergüenza" donde observarían a los guardias y después saltarían desde una ventana en el momento adecuado hasta el llamado corredor de la muerte, un espacio entre el muro principal y un muro paralelo que recientemente se había empezado a construir. Si todo salía bien, correrían por este corredor hasta una pared cercana al checkpoint Charlie, en el distrito de Kreuzberg en Berlín occidental.
Pero su aventura no tuvo un final feliz, al menos para Fechter, que al tratar de escalar la pared final fue avistado y disparado por los guardias, cayendo de nuevo en el lado este. Estuvo gritando y desangrándose durante cerca de una hora, pero no recibió ayuda médica de ninguna de las partes, que tenían miedo a posibles represalias.
Tras la reunificación alemana, se construyó un monumento en su honor y el de las otras 270 personas que perdieron su vida tratando de buscar la libertad. Una libertad que también supo dedicar Nino Bravo a nuestro amigo Peter Fechter.
Ahora que sabes la historia, analiza la letra de la canción y veras como toma un contexto totalmente distinto al que tenías anteriormente:
Tiene casi veinte años y ya está cansado de soñar, pero tras la cementera está su hogar, su mundo, su ciudad. Piensa que la alambrada sólo es un trozo de metal, algo que nunca puede detener sus ansias de volar.
Libre, como el sol cuando amanece, yo soy libre como el mar... ...como el ave que escapó de su prisión y puede, al fin, volar... ...como el viento que recoge mi lamento y mi pesar, camino sin cesar detrás de la verdad y sabré lo que es al fin, la libertad.
Con su amor por montera se marchó cantando una canción, marchaba tan feliz que escuchó la voz que le llamó, y tendido en el suelo se quedó sonriendo y sin hablar, sobre su pecho flores carmesí, brotaban sin cesar...
Libre, como el sol cuando amanece, yo soy libre como el mar... ...como el ave que escapó de su prisión y puede, al fin, volar... ...como el viento que recoge mi lamento y mi pesar, camino sin cesar detrás de la verdad y sabré lo que es al fin, la libertad.
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